¿Porqué no los han cambiado?

En primer lugar, porque la voluntad política de los actuales líderes de los partidos políticos es mantener las cosas tal y como están, garantizando que las autoridades electorales cumplan con los acuerdos bipartidistas expresados en las reformas a la Ley Electoral consumada en el año 2000. Entre los principales cambios que implicó esta reforma, podemos mencionar:

 

1. La creación de diputaciones para ex presidentes,
2. Disminución del porcentaje para ganar las elecciones presidenciales a un 35% de los votos,
3. Aumentaron a dos tercios los votos de Diputados para retirar la inmunidad del Presidente,
4. Aumentaron de manera exagerada los cargos de Contralores y Magistrados, que además se repartieron entre dos partidos, con los consiguientes efectos sobre la independencia de los poderes del Estado.

 

En segundo lugar, porque la reforma a la Ley Electoral del 2000, crearon un sistema electoral controlado por dos partidos, agregaron requisitos que hacen difícil -casi imposible- la participación a nuevos partidos políticos, eliminaron la posibilidad de que participen candidatos sin partidos y dejaron una serie de vacíos que permiten la discrecionalidad, es decir, que el Consejo Supremo Electoral puede hacer lo que quiere en asuntos claves.